Habitantes de Santa Lucía pidieron a la gobernadora Layda Sansores que deje de politizar el conflicto por la construcción del Tren Ligero y reconozca las afectaciones que la obra traerá a su comunidad. Aseguraron que su rechazo no responde a intereses partidistas, sino a la defensa de su calidad de vida.
Denunciaron que las autoridades no han informado con claridad cómo se verá afectado su acceso a las viviendas y el tránsito en la zona. Actualmente, no pueden ingresar sus vehículos a sus cocheras, lo que perjudica especialmente a adultos mayores y personas con movilidad reducida.
“Nos acusan de estar manipulados, pero es nuestro hogar el que está en riesgo”, expresaron los manifestantes. Apostados en la calle con algunos carteles, bloquearon la entrada de la maquinaria y exigieron diálogo con las autoridades para obtener respuestas sobre la obra.
Recordaron que en el pasado rechazaron ser reubicados por la construcción del Tren Maya, ya que el proyecto federal afectaba su movilidad. Insistieron en que no permitirán nuevas afectaciones sin consulta ni garantías de respeto a sus derechos.
También advirtieron que la obra del Tren Ligero obstaculizará la operación de servicios esenciales. Señalaron que la Secretaría de Salud usaba esa calle para fumigaciones contra enfermedades transmitidas por vectores y ahora el acceso está bloqueado.
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